El Eclipse de los Vampiros

Luego de manejar unas 2 horas y tragarme las presas más inmorales que nuestra capital tiene que ofrecer en hora pico, logré recoger a mi hermana menor para convertirme en su héroe y llevarla, casi de sorpresa, a la premiere de «Eclipse», el capítulo más reciente de la saga «Crepúsculo».

 Si, yo sé. Yo también tengo mis opiniones sobre el griterío constante en el cine cada vez que «Edward» asoma una pestaña, también sé lo que pensamos sobre estos vampiros los que llevamos años estudiando el tema , pero el blog lo tengo para contarles de todo un poco y ya que la ví, aquí está el review de «Eclipse».

Quiero comenzar agradeciendo que, esta vez, la mitad de la película no sea de tomas de Robert Pattison en cámara lenta, de verdad, gracias. Gracias también por reducir bastante las escenas en las que el vampiro y la indecisa de Bella demuestran cómo romper un récord Guiness en derramamiento de miel aderezada con sacarina. Tranquilas fans, aún hay bastante de eso, pero no lo suficiente como para que los que no nos leímos los libros nos pongamos a ver el cronómetro.

Para entretenernos a los que no nos provoca gritar cada vez que el vampiro-eterno adolescente levanta una de sus torturadas y melancólicas cejas hay flashbacks que, con el fin de explicar el origen de algunos de los del clan Cullen, nos transportan brevemente a otros tiempos (y otras historias). También hay batallas bien logradas y durante la totalidad de la película, ciertos asomos de querer analizar lo mucho que se deja atrás al elegir pertenecer al rango de los no- vivos.

Entre otras cosas, el eterno trío Bella, Jacob y Edward finalmente hacen más que mirarse: se deciden a hablar, a soltarlo todo, cosa que provocaba en el cine un griterío digno de un concierto de artista pop adolescente y no sólo en las fans, detrás de mi asiento un señor hacía lo suyo también, cada vez que Bella metía las patas, por ejemplo.

 Hay un momento en particular que me llamó la atención. Por cierto, noten que no me molesto en advertir sobre algún spoiler. ¿La razón? A quienes les gusta Twilight ya saben exactamente la escena que sigue, paso a paso, con tan sólo ver la primera rama, del primer árbol, de la primera toma. Decía entonces, la escena en la que el vampiro y el hombre lobo, enamorados de la misma humana, se ponen a hablar tranquilamente sobre lo mucho que se detestan, la posibilidad de matarse en otro momento y lo que cada uno haría si la chica eligiera al otro,me recordó, aunque haya años luz de diferencia, a algunas otras escenas en las que un par de enemigos se sientan tranquilamente a conversar, algo siempre interesante en el cine.

Nunca me gustó la idea de que los hombres lobo de «Twilight» se parecieran más a perros Husky en esteroides que a bestias que representan lo animal en nosotros, pero respetando las ideas de Stephenie Meyer de volverlos seres pensantes (convirtiendo el ser  un hombre lobo en un super poder, en lugar de una maldición), sí les puedo decir que por lo menos se ven mucho más reales esta vez.

El suspenso está bien manejado para el tipo de película que es, obviamente nada al nivel de El Exorcisa, por ejemplo, pero el director David Slade, quien también dirigió la otra cinta de vampiros «30 Days of Night», intenta ponerle unos cuantos gramos de seriedad a la presencia de algunos de los personajes, sobre todo los vampiros recién salidos y los Vulturi.

A los fans: vayan a verla, por lo que pude ver (y oír con muchos decibeles), la película los va a satisfacer como un buen banquete de sangre fresca. A los que no somos «twihards» y el team Edward o el Team Jacob nos importa tanto como el futbol de cuarta división de Tangamandapio: tranquilos, es una película que, exceptuando las escenas románticas, entretiene y se deja ver.

¿Qué me gustó más de la película? Alice. Ashley Green. Ella merece todas las escenas en cámara lenta que le quieran dar.

-Walter Campos.